jueves, 13 de octubre de 2011

EL HAMBRE Y LA BOLSA

La entrada de los alimentos en el área de la especulación financiera por la sequía que ésta ha encontrado en otros sectores, está dando lugar a una elevación de los precios de los alimentos, nunca conocida en ese sector.

La aparición del hambre y el incremento del umbral de pobreza en países subdesarrollados, que intenta explicarse por razones climáticas o locales, es, más bien, el resultado de la intervención del capitalismo especulativo en un sector que antes quedaba libre de este tipo de intervenciones.

Los desaprensivos actores que intervienen en los movimientos de la Bolsa, justifican su actuación dando a entender que estos resultados son meros ‘efectos colaterales no deseados del mercado’ y que éste se autorregulará como siempre en función de la oferta y la demanda. Tal cuestión, bien analizada por expertos, sabemos que es una afirmación falsa ya que la especulación financiera en el terreno de los alimentos está utilizando fórmulas tales como el mercado de futuros, antes libre de especulación y exclusivamente centrado en los actores directamente implicados en la industria agroalimentaria y que se regulaba por la oferta y la demanda. En la actualidad, al pasar a manos de la industria financiera se ha producido una mutación trascendental en los mercados de futuro. Son éstos (los mercados de futuro), los que realmente controlan los precios de los alimentos y son la causa de su encarecimiento y, por consecuencia, la hambruna, la pobreza extrema y la muerte de millones de personas.

Los inversores, por su parte, no consideran parte de su tarea producir alimentos a precios asequibles, su trabajo es convertir mucho dinero en mucho más dinero. Para restablecer el funcionamiento normal de los mercados de materias primas se requiere una rápida actuación política mundial, que debería exigir más transparencia en estos mercados y reglas más estrictas para sus participantes.

Hoy en día, existe una gran desigualdad, cada vez más patente, en riqueza. Siempre ha habido ricos, igual que pobres, pero en relación con los demás, hoy son más ricos y más ostentosos que en cualquier otro momento que recordemos. En 2005, el 21,2 por ciento de la renta nacional estadounidense estaba en manos de sólo el 1 por ciento de la población. En 1968, el director ejecutivo de General Motors se llevaba a casa, en sueldo y beneficios, unas sesenta y seis veces más que la cantidad pagada a un trabajador típico de GM. Hoy, el director ejecutivo de Wal-Mart (una cadena de supermercados), gana un sueldo novecientas veces superior al de su empleado medio. De hecho, ese año se calculó que la fortuna de la familia fundadora de Wal-Mart era aproximadamente la misma (90.000 millones de dólares) que la del 40 por ciento de la población estadounidense con menos ingresos: 120 millones de personas.

Ahí queda eso. 



martes, 4 de octubre de 2011

EL PELIGRO DE UNA SOLA HISTORIA

Hoy he escrito una reflexión sobre un vídeo que nos han recomendado visionar en la clase de Cultura en la universidad (y que, sinceramente, me pareció tremendamente interesante), es la siguiente (la verdad es que me he extendido bastante):

La novelista Chimamanda Adichie nos relata el camino a través del cual adquirió tanto una visión amplia y múltiple de las sociedades en las que vivió como la posibilidad de concretar esas vivencias en una escritura capaz de hacer reflexionar sobre la complejidad de la vida de las personas y los pueblos y evitar los estereotipos y las simplificaciones. Nos advierte que si sólo escuchamos una historia sobre una persona o un país, corremos el riesgo de caer en una incomprensión grave.

La exposición que nos hace, vincula de manera muy acertada sus experiencias con las conclusiones extraídas a partir de una reflexión sobre ellas. Así, tenemos:

1) Su primera experiencia como lectora y escritora. Habiendo tenido de niña una única visión de la literatura y sus referentes, muy ajenos a su propia cultura. Los protagonistas de las historias era normalmente personajes de piel blanca, ojos azules, de costumbres propias de Estados Unidos o Inglaterra.

2) Vivir a través del relato de su madre, la visión simplificada de la vida de los sirvientes de su casa, imaginándolos solo como personas pobres incapaces de trabajar y de hacer algo valioso.

3) La experiencia vivida al compartir habitación en la Universidad de Estados Unidos con una compañera americana cuya visión de ella como africana estaba totalmente simplificada y estereotipada. Su propia sorpresa ante esta idea que le pareció disparatada.

4) El contraste entre la visión que se proporcionaba en Estados Unidos de los mexicanos como inmigrantes y su propia vivencia al viajar y convivir con ellos en su país, pudiendo comprobar la riqueza de su cultura.

5) La sorpresa en la interpretación que hacía un profesor de su propia novela, afirmando que no era ‘auténticamente africana’ porque sus personajes se parecían totalmente a él, no eran personas que morían de hambre.

6) La generalización que hace un estudiante en una de sus conferencias, asumiendo que todos los hombres de África son abusadores solo porque uno de los personajes de su novela lo es. (A lo que ella respondió, de forma muy inteligente, ‘Acabo de leer American Psycho y me parece una pena que todos los americanos sean asesinos en serie’).

7) El relato de su infancia, que recoge tanto momentos felices como momentos muy difíciles y duros a causa la situación que se vivía en Nigeria, permite deshacer cualquier simplificación sobre las circunstancias personales y sociales, no solo de ella, si no de cualquiera en cualquier parte del mundo.

De esta reflexión que hace la novelista nigeriana podemos sacar múltiples conclusiones:
La lectura y la escritura, las historias en general, son importantes como ventana al mundo, consiguiendo, a través de ellas, visiones múltiples de diferentes realidades sobre lugares, personas, sociedades, situaciones, etc. Si bien el ‘Poder’ conoce bien la influencia de las historias y maneja con habilidad el contenido de las mismas, procurando dar una única historia para manipular a su antojo las realidades y las mentes de las personas que las observan, debemos procurar acceder a otras historias que nos hablen de una realidad mucho más compleja y multifacética para evitar las generalizaciones, simplificaciones, estereotipos y prejuicios.
Para conseguir esto es muy importante la lectura reflexiva y el contraste entre la visión que se nos muestra de las cosas y nuestra propia experiencia respecto a ellas a raíz de nuestro contacto con las mismas mediante los viajes.
Resulta realmente dramático cuando los que ostentan el poder tienen la capacidad para controlar que historias se cuentan y cuales no, impidiendo a las personas conocer otras realidades distintas a las que se les muestran.

De todo esto, podemos extraer una conclusión aplicada a la educación. Leer y escribir son herramientas poderosas para el acceso y la transmisión de historias. A través de una utilización adecuada de ellas es posible alcanzar una capacidad reflexiva y crítica que permita al individuo crecer como persona, escapando de puntos de vista sesgados, visiones dogmáticas, simplificaciones, prejuicios, estereotipos, etc. y ejercer su propio criterio en las decisiones que deba tomar en su vida. Es decir, la educación proporciona riqueza y conocimiento sobre la realidad, el cual nos da libertad como individuos y poder para cambiar lo que creamos injusto, que no seríamos capaces de ver si nos ciñéramos a una única historia.

Os adjunto el link para los que queráis verlo, de verdad que merece la pena mucho más de lo que yo pueda contaros (en la propia página tenéis opción de añadirle subtitulos en castellano si queréis):
http://www.ted.com/talks/chimamanda_adichie_the_danger_of_a_single_story.html