miércoles, 21 de septiembre de 2011

JOAN BAEZ & BOB DYLAN

Me veo necesitada de hacer una entrada sobre música (es mí deber como melómana empedernida). ¿Y qué mejor que empezar con una de las mejores voces del folk?. Escribo a continuación el relato (resumido) que enlaza a Baez con Dylan. Tremenda historia. Como en todo relato de esta ralea, lo que pasó en realidad solo lo conocerán del todo sus propios protagonistas.


Joan Baez destacó desde un principio por su voz de soprano, potente y clara, más propia de un estilo menos rudo y popular que el folk. SIn embargo, sus gustos le convirtieron en una joven promesa del Greenwich Village y en una de las primera estrellas de esa escena emergente que logró grabar un disco a primeros de los años sesenta.
Logrado cierto reconocimiento musical, incluso más allá del reducido círculo de folk, Joan Baez quedó prendida de un jovencito Bob Dylan que había llegado a Nueva York hambriento de fama y reconocimiento, que había tomado la canción tradicional como un medio para desarrollar su arte. La figura de la reconocida cantante protegiendo a su joven pupilo comenzó a ser habitual en los garitos del Village. Si bien es cierto que el talento de Dylan habría aflorado antes o después, el apoyo de Baez fue una ayuda excepcional. Ésta le presentó en los ambientes musicales, que en otro caso se habrían mostrado más reacios y le llevó de gira en 1964 por los Estados Unidos como estrella invitada, aunque el joven Bob acabó por robarle todo el protagonismo.
La relación entre ambos se convirtió en algo más que meramente musical y pasaron a convertirse en la pareja de moda que acudía a manifestaciones por los derechos civiles y que no se privaban de mostrar su mutuo amor.
Sin embargo, el mundo de la canción protesta, sus ideales políticos y su lenguaje comenzaban a ser una limitación para un Dylan cuya confianza en sí mismo crecía día a día. En un largo y doloroso proceso, Dylan se fue desengarzando de este movimiento, siendo la mejor expresión visual del mismo, su célebre actuación en el festival de Newport de julio de 1965 donde interpretó tres temas ensordecedores con la Paul Butterfield Blues Band y fue abucheado por un publico que hasta ese momento le adoraba. Trastornado, subió nuevamente al escenario gracias a las súplicas del presentador de la velada, Peter Yarrow e interpretó una versión acústica de It´s all over now, Baby Blue, todo un símbolo.
Este proceso musical se vió acompañado por un cambio sentimental. Joan Baez perdió peso en su vida amorosa en favor de Sara Lownds con quien finalmente Dylan se casaría. Ambas mujeres representaban mundos totalmente opuestos: Baez era activa, díscola y no rehuía el protagonismo público, Sara prefería la vida discreta y el cuidado de sus hijos.
Al igual que la actuación en Newport marcó el final de la primera etapa de Dylan, la gira inglesa de 1965 (de la que hay una película documental extraordinaria dirigida por D.A. Pennebaker: 'Don't look back') supuso el momento en el que Baez comprendió el papel que realmente desempeñaba en el universo Dylan. Puesto que ella había llevado a Dylan de acompañante en sus giras americanas, creía que en la gira inglesa ella sería también invitada a subir al escenario. nunca ocurrió. En las imágenes del documental se ve a un Dylan encantado con sus amigos roqueros ingleses o con su corte de aduladores, poco pendiente de una Baez que yace tumbada en sofás de hoteles rasgando abúlicamente una guitarra y siendo el blanco de las bromas del grupo.
Baez rehizo su vida y su carrera, grabó discos, comenzó a componer sus propias canciones, luchó contra la guerra de Vietnam junto a su marido, David Harris, quien fue encarcelado por negarse al alistamiento. Se divorció y volvió a subirse a un escenario con Dylan en la gira RollingThunder Revue de mediados de los 70, esta vez sí invitada por su antiguo amante. en esta ocasión, la relación entre ambos en el escenario, en el rodaje de la película paralela Renaldo y Clara y en los camerinos fueron un motivo más para la definitiva ruptura entre Dylan y Sara: la venganza se sirve fría. 

1 comentario:

  1. Gracias por esta luminosa entrada, Karen; tanto Dylan como la Baez trajeron nuevas palabras a las vidas adolescentes -en una época muy triste y apagada-, con las que fuimos capaces de elaborar los nuevos discursos internos que guiaron nuestra vida; adquirimos una una forma nueva de mirar el mundo para capturar de la realidad lo que, en teoría, iría cambiando a trompicones, es decir, que a la larga lo haría muy despacio. Muchas gracias, de nuevo.

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